Este exilo tan puto de tus tetas,
con tilde de orfidal y ducha fría,
este dormir despierto, esta agonía,
este quiosco de trágicas caretas.
Recordando tu vientre por cuartetas
me puede bautizar la luz del día,
hablando, - que se yo-, de lencería,
con pingajos con pinta de puretas.
Después en cuarentena llego a casa
con la voz menos rota que mañana,
y lidio con las sombras de tu ausencia.
Tan cabrón como siempre el tiempo pasa,
afilando el puñal de la desgana,
recamando la inútil penitencia.
Hola amigo,
ResponderEliminarproyectos paralelos me alejan estas semanas de la creatividad. Pero siempre encuentro un momento para leer tus poemas dionisíacos con un trago de vino.
Gracias por la visita.
tambien se ha publicado aqui:
ResponderEliminarhttp://literaturame.net/
buena pagina donde suelen poner algunas cosas aqui escritas.
Hola:
ResponderEliminarPermiteme ponga un ejemplo de lo qu siento al leerte:
No entiendo de pintura, pero si al mirar un cuadro me hace setnir algo para mi es bello. Eso me pasa cuando te leo, no me averguenza reconocer debo tirar de diccionario para entender el significado de muchas de las palabras que empleas, pero me llegan muy dentro y es como si viviese en primera persona lo que relatas y ello me hace sentir una empatía desprovista de toca careta.
Un abrazo sincero de esta que admira tu léxico.