Nunca me gustó la censura
en el arte del ensueño.
Adoro la belleza en todas sus formas,
y aunque no sea políticamente correcto
lo que viene a continuación
en estos versos de escarcha lunar,
en estos versos que huelen a fulana,
me follaría todo lo que tiene
el alma más negra que la noche.
Y lloraría como una selva oscura,
como una cañería gris metal,
y sentiría la vida
como el inútil teatro que es.
Y reiría, de espanto tal vez,
sobre el alma de las barras nocturnas.
Y moriría, enredado en el ensueño.
Yo moriría leyendo tu poesía.
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