domingo, 9 de agosto de 2009

Desde Barcelona



Si una noche de resuello,
en la puerta de una iglesia gótica,
me encontraras tullido y en harapos,
por favor, no dudes en ofrecerme
los finos encantos de una tímida pero cruel
botella de vino.

¿Sabrás prójimo vulgar
y hombre de sanas costumbres
ofrendarme como manda Belcebú
las benditas aguas del Leteo?

Sabes...
tan enferma y caótica
resulta la urbe en la madrugada,
que ni el mejor de los juglares saltarines
podrían ilusionar mi agónico balanceo.

Todo en la vida es agonía...
por eso el vino me consuela.

3 comentarios:

  1. Busca harapos en el diccionario.
    Tienes unas ideas preciosas, pero creo que debes depurar la forma de expresarlas ( te lo digo desde mi ancianidad y sin ningún ánimo de ofender. Créeme, si no considerara que tienes unas capacidades increibles, no vendría a visitarte, pero aun tienes que trabajar mucho. No lo abandones.)

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  2. Harapos, justo lo que quería decir, ha sido una fe de erratas, ya está coregido, jejee. Este poema lo escribí en mi viaje a Barcelona hace unos diez años o así, en unas condiciones algo insalubres. Desde que creé el blog hee unos meses trato de combinar poemas nuevos y viejos, algunos pueden tener hasta 15 años, otros un mes. Muchas gracias por tus consejos y ánimos, seguiré trabajando. Paul Valery decía que la obra de arte nunca se acaba, simplemente se abandona, y en mi caso aún no he abandonado. No me cabe la menor duda que el arte es dialéctico, pero nunca desde una postura teleológica, sino trágica y eterna. Por eso que no creo en los finales, ni artísticos, ni históricos, ni filosóficos, ni políticos,... pienso que el ser humano tiene la responsabilidad ética (más bien obligación impuesta por el dinámismo existencial) de seguir siempre trabajando, perfilando, actualizando, en definitiva luchando por perfeccionar su propio "cosmos". Estamos en ello. Un abrazo.

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  3. barona creo que deberias dejarlo no tienes ni puta idea de poesía aqui no oigo ni trote de caballo ni pollas. por cierto nos vemos luego

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