domingo, 9 de agosto de 2009

Huellas



De amor y pena a porfía
está mi vida sembrada,
y afirmo Dios la truncada
trotera del alma mía.

Trovar en noches solía
por parques de hoja otoñada,
penando por la esmirriada
canción de melancolía.

Del jardín los albos lirios
me ofrendaron sus delirios,
me colmaron de fragancias,

pero ahora es esta copa,
la fiel ninfa que me arropa
con decrépita elegancia.

3 comentarios:

  1. Casi podría parecer un soneto.
    El poema, para mi pobre entender ( que no soy entendedora) me lo mata la "esmirriada" y rimar lirios y delirios.
    El mensaje me encanta. Después de las múltiples fragancias, bebemos solos.

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  2. efectivamente, casi podría serlo, es un sonetillo, 14 versos de arte menor. La verdad que llevas razón, a mi me pasa lo mismo, me di más que por satisfecho respecto al contenido, aunque hay cosas que no me convencieron mucho, como por ejemplo lo que tu dices, las rimas y tal, de hecho hoy por hoy lo leo y pienso que es un poema mediocre. gracias por tu crítica y un enorme abrazo.

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  3. Aquí de vuelta después de tanto alejamiento, me disculpo! siempre impresionantes tus poemas! me fascinan!

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