martes, 20 de octubre de 2009

De cuando una mañana me levanté creyéndome Garcilaso de la Vega.



Aún a riesgo de ser mortalizado
mi suspiro os ofrezco en azuzenas,
con más muerte que vida entre las venas
me arrodillo ante vos atormentado.
Amor es lo que siento, y derrotado
sucumbo ante la flor, que es vuestro pecho,
amor y sólo amor, aunque maltrecho,
por no poder puliros con grandeza.
Amor, a vos ya os pule la Belleza,
que os mece entre alboradas en su lecho.

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