martes, 11 de agosto de 2009

On the street again



Cantó el borracho, llanto enloquecido
de sombras de ciprés, luciferinas
sonatas en alcobas diamantinas.
Llantos burlescos de amor y de olvido.

Cantó el poeta, noctámbulo gemido
de escarcha, marchitadas golondrinas
que siembran pulcro verso en las esquinas.
La blasfemia de un beso envejecido.

Poetas, borrachos, malditos sirvientes
de ritmo nochernirgo, caballeros
sin fe. Tormento y rechinar de dientes

agitan vuestras almas. Extrajeros
de exilio sempiterno, que a las gentes
aliviáis con oscuros cancioneros.

domingo, 9 de agosto de 2009

Desde Barcelona



Si una noche de resuello,
en la puerta de una iglesia gótica,
me encontraras tullido y en harapos,
por favor, no dudes en ofrecerme
los finos encantos de una tímida pero cruel
botella de vino.

¿Sabrás prójimo vulgar
y hombre de sanas costumbres
ofrendarme como manda Belcebú
las benditas aguas del Leteo?

Sabes...
tan enferma y caótica
resulta la urbe en la madrugada,
que ni el mejor de los juglares saltarines
podrían ilusionar mi agónico balanceo.

Todo en la vida es agonía...
por eso el vino me consuela.

Huellas



De amor y pena a porfía
está mi vida sembrada,
y afirmo Dios la truncada
trotera del alma mía.

Trovar en noches solía
por parques de hoja otoñada,
penando por la esmirriada
canción de melancolía.

Del jardín los albos lirios
me ofrendaron sus delirios,
me colmaron de fragancias,

pero ahora es esta copa,
la fiel ninfa que me arropa
con decrépita elegancia.

viernes, 7 de agosto de 2009

Canción tan lejana como urgente.



Crepitando en la noches pasionales,
así recuerdo el aurea de tu aliento,
un arpegio mortal de ausencia siento
en mi pecho, de lágrimas fatales.

Sin tu velo de besos inmorales
la vida se me escapa, más no miento
si juro que a la ronca muerte tiento,
cada vez que me advierten dichos males.

Ornaríate el pecho de esmeraldas
en mi templo de vino y de guirnaldas.
Posa en tu trono de reina galante.

Deja que el viento sus penas suspire,
deja al violín que en los parques delire,
corona mi alma cual Venus triunfante.