lunes, 30 de marzo de 2009

Paseo Nocturno



Camino en procesión hacia tu savia,
y es mi huella nocturna y decadente,
terca herida de amor de flor de acacia
avanza estremecida entre el relente.


Me duele amor la vida y su crudeza,
por eso en mis noches la muerte trota
a ritmo maldito de versos, y brota
la agonía. ¡Dios, no encuentro pureza
cuando bordan las calles su tristeza
y el exceso proclama mi derrota!

Mas la sangre cortada con veneno
desploma mi sentir aún socavado,
ya todos los caminos se han cercado,
me siento barco orlado por un trueno.
Al borde del abismo, por ti peno,
mas por siempre, mi amor, triste apenado.


Ya atruenan las campanas, ¡Gin glorioso!,
pero merman de angustia mis visiones.
¡Despréndase mi aliento borrascoso


al unísono son de los bordones!
Hacia Caronte me arrastro andrajoso
mientras triste, me pudro entre tus dones.

(foto: Víctor Roldán Martínez)



jueves, 26 de marzo de 2009

Reflexiones en una mañana de domingo.


¡Me cago en la moral de los cojones!.
¿Sentimientos de culpa en el camino?,
entonces seguiré bebiendo vino,
sin arrepentimiento ni perdones.

Viva el latir de inmensos corazones,
de las leyes seré cruel asesino,
tradición asquerosa es vuestro sino,
obediencia a la cruz, ¡serán mamones!

Meteros vuestras putas religiones,
allá donde el pudor os martiriza,
ni caridad ni ayuno, fantasmones,

el sexo por el culo, ¿os ruboriza?.
De nada sirven ya las oraciones,
vuestro credo es un yonki que agoniza.



sábado, 21 de marzo de 2009

¿Religión y Etica?



No entendiendo el por qué se han empeñado desde siempre en hacernos creer que el individuo tiene como algo esencial, como algo innato a él, una dimensión religiosa, un sentimiento o deseo de ligarse a un Ser Supremo. Superado supuestamente el discurso teocentrista del medievo y sus vías de demostración (la prueba ontológica, la cosmológica y la físico- teológica) queda más que claro que los argumentos clásicos de la existencia de Dios son una mera fantasía que se eleva a lo más alto mientras la razón duerme plácidamente.

Aún así el motivo de estas líneas no es profundizar sobre la idea de la inexistencia de Dios, sino sobre todo lo que circunda alrededor de la influencia “divina” en el individuo, y que se convierte en carga por ciertas prácticas morales que se han adherido, o mejor, han sido adheridas para perpetuar la presencia de esa supuesta “dimensión religiosa”.


Es decir, en primer lugar, creo que se confunde la dimensión religiosa y la dimensión espiritual. La primera es el producto de la interiorización del desarrollo cultural y simbólico de las diferentes sociedades, de ahí la diversidad de relaciones religiosas que se dan en el mundo y de sus diferentes maneras de constituirse en estructuras formales de lo más variopintas. La segunda, sin afirmar que es esencial al ser humano, no lo tengo tan claro, sí pienso que al menos sería más primitiva en el desarrollo genealógico de la conciencia, ya que para empezar está desprovista de connotaciones morales, es anterior a la puesta en práctica de cualquier rito, dogma, y sobre todo surge de la experiencia autónoma del individuo en relación con el mundo.


Así pues, la dimensión espiritual habría surgido libremente más bien de una necesidad individual de intimismo subjetivo hacia lo que puede considerarse la realización más plena del alma en la naturaleza, esto es, la trascendencia al mundo, la eternidad. Necesidad que por otra parte ya se siente en la época prehistórica y que en nuestro días sigue siendo una constante.

Ahora bien, y he aquí mi pregunta, ¿el porqué se ha insistido en mezclar el deseo de eternidad con la implicación moral de bueno y malo?. ¿El por qué de un Sísifo o de un Prometeo, castigados eternamente por sus actos? y ¿por qué de un Paraíso donde eternamente vivirán los justo?

Veamos, quisiera antes de nada explicarme, en absoluto creo en la vida después de la muerte, ni en Dios, ni en el alma como ente metafísico, más bien creo que el alma es un concepto simbólico, que ha perdurado desde los primero tiempos hasta nuestro presente, que ha sido acuñado por todos aquellos individuos que han necesitado expresar, por cuestiones emocionales o intelectuales, sus deseo de inmortalidad.
Por supuesto es tolerable que existan individuos que de verdad crean en el alma, en una vida supraterrenal, en un Ser Superior, es decir, son cuestiones donde la autonomía juega un papel decisivo, según cada cual para consigo mismo.


El autentico problema viene cuando ese sentimiento tan respetable de trascendencia, a lo mejor más antiguo que el fuego, se estructura formalmente bajo normas, mandatos, deberes, y en definitiva, códigos de conducta que condicionan a los individuos y colectividades hasta la coacción más inmoral.

Aquí ya no hablo de la dimensión espiritual, aquí ya no hablo de las diferentes inclinaciones individuales de los sujetos para la eternidad (el miedo, la plenitud, la inmadurez, el narcisismo, la nostalgia...), aquí nos encontramos con una auténtico bucle, los preceptos de Dios según los hombres a lo largo de la historia, que ha sido asumido por la dimensión religiosa.
Es en el salto de una dimensión a otra donde se origina la desnaturalización del sentimiento espiritual, donde se degrada, donde se asfixia. Ya que de una manera forzada, no natural, se relacionan dos niveles de naturaleza distinta, el místico y el ético.
La mística natural se convierte en religión cuando en nombre de la primera se utilizan valores normativos que pretenden ser guía del individuo para la consecución de su esencia.

A partir de aquí podríamos aludir al caso del hombre de fe, que para sentirse más digno de ella tiene que recurrir al dolor físico mediante la auto lesión, para sentirse perdonado dar limosna o ayunar, y para agradar a su "Creador" emplear el sacrificio humano, animal, o profesar la castidad.
Este tipo de “ser” religioso es el que hay que condenar, el que pudre al individuo con su moral antinatural y retrograda, el que lo sume en una angustiosa búsqueda de lo divino mediante el miedo y la represión, el que piensa que la vida es un valle de lágrimas y en la otra vida será feliz, el que se golpea el pecho mientras se auto culpa todavía no se de qué. Condenarlo y por supuesto a toda institución que lo legitime.

martes, 17 de marzo de 2009

La Cruz de los Dolores



Malditas sean las horas que en la noche
mi mente se tornaba a lo divino,
benditas sean las horas en que el vino
exculpaba mis ansias sin reproche.

Maldigo para siempre el cruel derroche
de insensata saliva, que a lo fino,
adoraba al cabrón y al peregrino,
poniéndole a las almas santo broche.

En mi epitafio pondrá con honor:
“Doctorado en heréticas labores
murió descojonado del horror”.

¡Que la vida es un bar! ¡Cendal de flores!
Para sembrar el canto del amor,
hay que enterrar la cruz de los dolores.

No más arrodillarse ante el temor,
¡seguid vuestro camino, pecadores!




Dedicado a todos aquellos que luchan por la verdad ante los esclavos de la religion. Como los combatientes de Un planeta con canas y ¿Qué me estás contando?



domingo, 15 de marzo de 2009

Mosaico de visiones, con pretensión exótica y maldita.



Bajo los cielos antiguos de Oriente
desfilo en procesión hacia el Infierno,
profana flor de yugo sempiterno,
imperio de la noche decadente.

Magna la sangre de lírica ardiente,
Baudelaire se retuerce en el Averno,
avenidas que acunan largo invierno,
estatuillas de ritmo penitente.

Bajo tus cielos, Oriente, transitan
las almas de rastreros pecadores,
inmundas las tabernas que palpitan

cuando sueña el candil de los dolores.
Por las riberas del llanto se agitan
las miserias de astutos ruiseñores.


jueves, 12 de marzo de 2009

Del Arte



Almas desnudas de ebúrnea pasión,
moldeadoras de esencias cristalinas,
nacimiento de Venus en las ruinas
floreadas de ilustrado corazón.

Se estremecen los lienzos a razón
del éxtasis de extrañas bailarinas,
tropel de marfileñas celestinas
se desboca en glorioso Partenón.

... y el mármol se somete a la locura,
... y el verso se arrodilla ante su dueño,
...la música se eleva sin mesura,

... delirios en los pórticos del sueño.
El Arte, grito a grito, sin cordura
acecha en los altares del ensueño.

sábado, 7 de marzo de 2009

De cuando Juan Manuel agarró una espantosa borrachera.



¡Oh trovador del mejor llanto añejo!,
¡Oh surtidor de canciones celosas!,
Relinchando tu vómito de rosas
sucumbes por las calles potro viejo.

El verso de tu espada es fiel reflejo
del llanto decadente de las Diosas,
tragedias de rameras andrajosas
cincelas en el alba con cortejo.

A ti, mustio rapsoda del Parnaso
que las penas revistes con licores,
te ofrezco este soneto con retraso

desde el jardín de mis pérfidas flores.
¡Levántate, de vida llena el vaso
o arrástrate entre polvo, entre sudores!

Maneras de vivir.



Sí, definitivamente soy
lo que se suele llamar
un egoísta.

Al menos eso dice mi mujer.

Siempre me interesó el amor,
la belleza, el arte,
más repudié con todas mis fuerzas
la hipócrita visión
de las familia de bien.

Me gusta emborracharme con frecuencia,
una o dos veces al día,
contemplar la desnudez
de todo aquello que es insano,
acercarme a la noche
con la astucia y elegancia
de un gato,
y olvidarme
de esa cruz
que es la propia vida.

Si bien, y es por todos sabido,
más allá de mis tendencias
extremistas
y autodestructivas,
necesito la comida caliente,
un brasero asfixiante,
y la compañía de una mujer
culona y cariñosa
que no es mi madre
aunque podría serlo igual.

Soy todo una joya en la escena bipolar del momento.
¡Que los bares se apiaden de mí!

Pensamientos a principios del otoño.



I
Septiembre,
siento
el lamento
de la mar,
quebrándose
allá,
en el horizonte.

Septiembre,
siento
la soledad,
bruñido firmamento
que vierte
su Belleza
en el horizonte.

Septiembre,
siento el quejido
del viento,
el llanto de Otoño
en el horizonte.

Septiembre,
místico parques
de ilusiones
perdidas,
apasionadas
gaviotas
en el horizonte.


II
Yace
la tarde
lentamente,
soñolientos
campos
preparan su mortaja.

Otoño,
lánguido
como un suspiro,
amansa
la alameda.
Muere
el amor
como muere
la vida.


III
Sueña
el viento
con ser lira
de los chopos
en Otoño.

Bajo el pardo
firmamento
se sumerge
la lluvia,
inmensa
quietud
en el lecho
de la madrugada.

Entonces...
retorna
la nostalgia
con su infinito
perfume
a campanario.

Sueña
el Otoño
con ser
Otoño.


A la página en blanco.



Lúgubres, taciturnas, silenciosas
ánimas del Parnaso desterradas,
vosotras, moribundas desposadas
del ensueño de cisne de las Diosas,

vagáis por las veredas borrascosas,
en súplica de liras nacaradas.
a las musas buscáis desesperadas,
entre turbias visiones quejumbrosas.

¡Oh bebedoras del agua divina!,
¡De la eterna Belleza, tejedoras!.
Pluma que al verso torne en plata fina,

será cirio en las noches soñadoras,
vuestras penas forjáis en sonatina,
vuestras odas son flores seductoras.

Declaración de nobles principios.



-¡Que belleza, follarte entre diamantes!-,
le dijo la princesa al vagabundo.
Arlequines sin sueños por el mundo,
bebedores con penas de gigantes.

Casas de citas, pasiones errantes,
emperatrices de un sentir profundo,
la Torre de Babel, arpegio inmundo,
sin torre de marfil y sin amantes.

¡Oh Cabaret, Cueva de Montesinos!,
los locos siempre pierden la partida,
pícaros, trapecistas, peregrinos,

todos mordimos la fruta prohibida.
Himnos oscuros reptando caminos,
de inútiles pasiones de por vida.

Poema


Oh hermanastra nacida del diamante,
de la sombra de trenes doloridos,
arrullas en tu vientre al viejo amante
del verso, que trotaba siempre errante,
por carriles de amores desvalidos.

Ha comenzado el circo mendicante,
la feria magistral de los perdidos,
el drama de la vida, que tajante,
asfixia al trotamundos y al mangante,
surcando un mar de llantos ya vencidos.

Y sigue la ruleta del fracaso,
girando enmarañada entre botellas,
y sigue la crueldad del fiero ocaso,
las ansias desbocadas en un vaso
de mentiras, verdades y querellas.

Y siguen las inmensas carreteras,
ardiendo con sus luces desangradas.
Al ritmo de cien mil cabareteras
naufragan desfondadas primaveras...
emergen las umbrosas madrugadas.



Noche de orfidal.



Que canto tan absurdo de desierto,
que voz tan infinita de suspiro,
que tropel de esa sangre a desvarío,
que infamia de morir sin estar muerto.

Que garganta de lija a desconcierto,
derrama su sudor como el rocío!
que suspiro de polvo tan impío
que párpado de efigie tan despierto.

Que entrañas de alquitrán, melancolía,
que otoño desgranado en aguardiente,
que absurda esta sordera, que agonía

de arteria, de aguacero decadente,
que aurora tan cabrona y tan tardía
que entrañas de metal tan indecente.



Soneto que tropieza, en una noche de tranqui, con mi amigo Guillermo.



Prefiero recordarte enmarañada
entre el humo viciado de un ducados,
en tu jardín de piel, bien embriagados,
sentirte tan vulgar crucificada.

Sentirte en mi costado amortajada,
y en un rincón bermejo, anestesiados,
relamer tus pezones nacarados,
fumar de esa colilla desvelada.

Y ahorcarme con el hilo de tus babas,
cabalgar por el filo del tacón
de tus botas de cuero cristalino.

Y esnifar en tu escote, sin más trabas
que el horario de cierre del telón,
las macabras virutas de pasión,
que emergen de tu lecho diamantino.


A mi gran amigo, Leal Funes, en Salamanca.



Bella esbeltez de tu engendro pulido,
que a pulso libertino exhala al viento
el horror salmantino, el descontento
de un sepulcro letrado y desmentido.

A bordo de tu espectro dolorido
exaltas el desorden ceniciento,
luz infecunda del alba, esperpento
de glorias ordenadas sin sentido.

Ya fluye por Castalia ron añejo,
por fin emerge tu verso, ¡jadeante!,
carnívoras estrofas de Vallejo,

renace Babilonia a cada instante.
Morirás entre alcohol, abrupto y viejo,
tan joven, tan lascivo, tan brillante.

Noche en el underground. (Descenso a los infiernos)


Oh procesión de relámpagos muertos,
a destiempo desfilan las botellas!
Dante y Virgilio en tugurios inciertos,
Sancho y Quijote violando a doncellas.

Rancio rosal de faunos medio tuertos,
ansiolítico llanto en las estrellas,
Venus de Olimpia se vende en los puertos,
coro maldito de copas tan bellas.

Así desciende Apolo a los infiernos,
explosión de licor y sodomía,
coronando a Boscán con fastos cuernos

Garcilaso se va a la whiskería.
Adiós madame, volveremos a vernos,
bacanales, chanel y lencería.

Cosmovisión y agradecimientos.


...como yo me debo a
... Rimbaud, Bakunin, D. Quijote, "el Kito", Bob Dylan, Sartre, La Judería, mi Juanilla, Baudelaire, la nostalgia, la lluvia, la belleza, el amor, el Vinilo, D. Leo, Lenin, las esquinas, los Tubos, la resaca, la pena, Rousseau, Garcilaso, Franut, Sara, Nietzsche, el exceso, el deseo, Funes, la razón, Delacroix, Camarón,"er Peña", la nieve, Laurita, el viento, los bosques, Rafael, Guillermo, Venus, la Creedence, la tormenta, los parques, la luna, El Toboso, Manolo, el rock, el sexo, Gonso, Hamlet, Cernuda, Las Ramblas, Verlaine, Bolo, la infancia, la lucha, Unamuno, la hipocondría, la calle, la mar, Soledad, A. Machado, las litronas, el Albaicín, La Habichuela, Woody Allen, los amaneceres, los ñus, el Lama, las ninfas, las musas, tu madre.