sábado, 7 de marzo de 2009

Noche de orfidal.



Que canto tan absurdo de desierto,
que voz tan infinita de suspiro,
que tropel de esa sangre a desvarío,
que infamia de morir sin estar muerto.

Que garganta de lija a desconcierto,
derrama su sudor como el rocío!
que suspiro de polvo tan impío
que párpado de efigie tan despierto.

Que entrañas de alquitrán, melancolía,
que otoño desgranado en aguardiente,
que absurda esta sordera, que agonía

de arteria, de aguacero decadente,
que aurora tan cabrona y tan tardía
que entrañas de metal tan indecente.



3 comentarios:

  1. La ballena, la ballena, concentrate en la ballena!!!!

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  2. Noche de orfidal.....

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  3. si señor, muy Blas de Otero, me recuerda al libro "Ángel fieramente humano", ánimo y sigue en esa línea, expreas desarraigo, descontento, emoción, realidad, bravo, sinceramente de los mejores poemas que he leído en hacía ya tiempo. Ánimo.

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